Sanz usa un problema de próstata para negar los abusos sexuales en RTVV

Queda menos de una semana para que la Sección Cuarta de la Audiencia de Valencia juzgue los presuntos abusos sexuales de Canal 9 y todas las partes que forman parte del proceso ultiman sus estrategias, sus herramientas para convencer al tribunal. Y por primera vez se conocen detalles de las pruebas de descargo que el único acusado ha presentado para salir indemne de un juicio que arranca el próximo martes día 27 a las diez de la mañana.
El ex número dos del grupo Radiotelevisió Valenciana (RTVV) y ex jefe de Personal, Vicente Sanz, acusado de tres delitos continuados de abusos sexuales a periodistas de Canal 9, ha presentado un dictamen médico en la Audiencia de Valencia en el que apunta a que el tratamiento que recibía por la «hiperplasia benigna de próstata» que padecía le impedía mantener relaciones sexuales con normalidad y, en este caso, abusar de las tres redactoras que denunciaron los hechos. Esta patología consiste en un agrandamiento no canceroso de la glándula prostática cuya prevalencia aumenta progresivamente con la edad.
Según los datos a los que ha tenido acceso ELMUNDO, Sanz ha alegado que la medicación que habría recibido, «Ominc Ocas (0,4 mg)», le impediría eyacular durante el acto sexual o tener erecciones plenas con normalidad. Sanz ha pedido al tribunal que declare como testigo su médico de cabecera para que ratifique el contenido de dicho informe, muy importante para su defensa pues es el único diagnóstico médico -sin contar los psiquiátricos- que ha aportado su abogado.
La Fiscalía pide para el también ex secretario general del PPCV y ex presidente del PP en Valencia más de 20 años de cárcel por estos hechos; y RTVV podría ser condenada como responsable civil por no haber detectado o reaccionado a tiempo frente a dichos supuestos abusos sexuales. El ministerio fiscal también reclama al acusado 245.000 euros de indemnización para las víctimas.
Esta redacción se puso ayer en contacto con Sanz para completar esta información, quien declinó valorar cualquier elemento de prueba, tanto de cargo como de descargo, hasta que declare el martes ante el tribunal que presidirá el magistrado Pedro Castellano, ex presidente de la Audiencia de Valencia. Las únicas palabras públicas de Sanz sobre estos hechos las pronunció antes de declarar como imputado en la pieza de Gürtel que investiga los contratos de la visita del Papa: «La conciencia tranquila y tengo ganas de que llegue el juicio ya que hay muchas pruebas a mi favor, no una».

Periciales

Este informe pericial es de parte -es decir, lo presenta la defensa de Sanz- pues en la fase de Instrucción no se practicó ninguna diligencia relacionada con posibles patologías del ex directivo que menguaran sus actos sexuales o deseos libidinosos.
Al parecer, este informe busca acreditar que nunca obligó a las tres denunciantes a recoger su semen del despacho. Sí, tal cual.
El auto de procesamiento que dictó el juzgado resolvía que de las diligencias practicadas se desprendían indicios de que Sanz se prevalió de su puesto para solicitar, entre los años 2007 y 2010, favores de naturaleza sexual a estas tres periodistas. El juzgado estimó que creó en estas personas una situación «gravemente intimidatoria y humillante» y concluyó que los delitos que inicialmente se valoraron como acoso sexual se transformaron en un abuso sexual continuado.
Además, el acusado, recogía el auto, se masturbó también frente a otra de sus empleadas e «incluso en una de las ocasiones en que mostró su sexo erecto a esta mujer, le llegó a coger de la cabeza atrayéndola hacia él, al tiempo que le decía 'dame una chupaeta'». También recogía que se masturbaba frente a ellas y les obligaba «a recoger el semen» o practicarle felaciones.
Sanz reconoció entonces -también en su escrito de defensa- que mantuvo «relaciones sexuales completas» con las periodistas -al menos con dos de ellas- pero que siempre fueron consentidas y limitadas por el tratamiento que habría recibido relacionado con la hiperplasia benigna de próstata que padecía. Si guarda o no esta patología alguna relación con los hechos o si se acepta el diagnóstico como prueba tendrá que dirimirlo el tribunal al inicio de las sesiones.

Informe criminológico

Este informe no es el único que aporta Sanz. Entre las pruebas entregadas también destaca otro diagnóstico científico del criminológico valenciano Vicente Garrido Genovés, uno de los pocos perfiladores criminales de España, quien analiza, entre otras cuestiones, qué tipo de intercambio de escritos es esperable entre una persona acosada y el acosador. Analiza varias hipótesis y examina los mensajes que envió Sanz a las denunciantes -una carga probatoria muy amplia que motivó su procesamiento- pero también las respuestas de ellas.
Según Garrido, resulta difícilmente justificable el contenido de estos mensajes dentro de un proceso de acoso sexual pues, a su juicio, revelan un afecto demasiado «cálido» entre las partes implicadas; así como agradecimientos «entusiastas». Sanz también ha pedido que Vicente Garrido declare como perito de parte en el juicio. Su defensa, además, usará un informe policial que apunta a que el vídeo que demuestra los contactos sexuales se manipuló para que no se escuchara el sonido.
En cambio, ni la Fiscalía ni el resto de acusaciones comparten este criterio y califican los hechos de «extremadamente graves». Intersindical eleva su petición de pena hasta los 24 años de prisión.

López Jaraba y Johnson, entre los testigos

En el juicio declararán en calidad de testigos el ex director general de RTVV, José López Jaraba, o la ex directora de Canal 9 y ex consellera por el Partido Popular, Lola Johnson.
El testimonio de Johnson es muy importante pues en Instrucción confirmó que un día vio a una de las periodistas que denunció los hechos con un ataque de ansiedad. En cambio, la defensa Sanz quiere probar en el juicio que dicho ataque de ansiedad se habría producido por otros hechos.
Por la Sección Cuarta también pasarán varios ex trabajadores del equipo técnico de RTVV y miembros del comité de empresa, así como periodistas de Canal 9 y Ràdio 9. También los agentes de la Policía Nacional que comunicaron al juzgado que las pruebas aportadas por las denunciantes estaban incompletas.
Lo más probable es que el juicio contra Sanz sea a puerta cerrada por la gravedad de los delitos que se investigan y el material sensible que las partes exhibirán para defenderse o acusar. Las denunciantes aportarán abundantes mensajes e imágenes comprometidas, al igual que Sanz, quien basará su defensa en atribuir la denuncia a luchas internas de poder aunque reconociendo las relaciones sexuales. Pero siempre desde la óptica de que fueron consentidas.

Publicat a El Mundo (22/10/2015) 

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